Monday, September 1, 2014

De la pertinencia de una reparación por el pasado de esclavitud

Desde el último cuarto del siglo pasado —más o menos— un viejo problema aflora en el debate racial norteamericano; lo que no es extraño, si en tanto apoteosis misma de la Modernidad, Norteamérica es el crisol donde confluyen todas las contradicciones culturales del mundo moderno. La discusión en cuestión se centra en la supuesta deuda de Occidente con Africa, sobre cuyas espaldas costruyó su vibrante modernidad; y más exactamente aún, sobre la pertinencia de una reparación económica, que reivindicaría moralmente a una raza a la que no ha sido capaz de integrar, a pesar de la violencia con que la incorporara. El tema de esta reparación es importante, por cuanto establecería al tráfico de esclavos como un genocidio; usando el exterminio sistemático de judíos por el nacismo alemán como precedente legal, que redundaría en una vigilancia mayor de las prácticas segregacionistas.

El conflicto es comprensible en el contexto norteamericano, por su práctica cultural basada en la legislación minuciosa y la sistematización académica; pero también, y puede que más aún, por la virulencia de su segregacionismo, que impide la formación de procesos de síntesis sincrética; con fuerte presencia además en el conciente colectivo, visto que su estructura legal sólo se desmontaría —y muy traumáticamente— a mediados del mismo siglo XX. Obviamente por el mismo motivo, el debate es más bien extraño al resto de la America y el Caribe; cuya política incluso cultural más bien propicia estos procesos de sintetización sincrética, bien que con las mismas prácticas de sometimiento político y económico. Ante todo lo anterior, y no obstante la probidad de su referencia histórica, bastaría no obstante el matiz político para sumir todo el conflicto en la sospecha; ya que en tanto politico, es entonces y hasta por principio una tergiversación del trauma original, que con esta distorsión terminará por deslegitimarse.

La distorsión, por otra parte, es inevitable, dado que la Academia, como la Escolástica, plantea sólo un convenio para la estabilización del conflicto; y en definitiva, habría sido el extremo segregacionismo norteamericano el que permitiera la formación de una academia negra, no integrada sino paralela a su realidad socio cultural. Aún así, solo al interior de esas burbujas económicas y políticas que son las academias, puede entenderse una distorsión de este calibre; no sólo espeluznante por lo sistemática, sino también por sus pretensions de chantaje sobre el resto de la sociedad, incluso si esa sociedad es culpable del mismo segregacionismo que origina el conflicto. La distorsión es simple, y consiste en culpar a Occidente del comercio de esclavos, cuando este se originaría como un negocio de piratería costera …africano; que, como ya se ha dicho, solo habría sido intervenido y capitalizado por los europeos cuando la demenda superó a la oferta, como aún pasa con cualquier otro negocio. De hecho, entonces, la trata de esclavos es otro eslabón en la transición natural a la economía industrial del capitalismo moderno; y en este caso específico, habría sido el aporte de Africa, incluso de valor tecnológico, y de bastante buen grado por cierto.

Libros en kindle
Partiendo de eso, el reclamo de los negros sobre la reparación económica no sólo carece de mérito sino que es también contraproducente; careciendo de mérito ya desde que se compara con la shoa judía, cuando no hubo una intención de exterminio como sí la hubo en el caso del nazi-fascismo. Además es contraproducente, al afectar aún más a una socieddad ya crispada por la propia crisis del capitalismo; que aunque afecta especialmente a los negros, dada su marginalidad política, también afecta al espectro general de la sociedad, que padece la misma exclusión grosera por las élites económicas. En realidad, y dada la tradición norteamericana, es hasta probable que un pleito de esa clase sea ganado; estableciendo fondos económicos que viabilicen una mayor integración racial, al facilitar la promoción entre las clases sociales para los individuos negros, en una suerte de realimentación de las políticas de discriminación positiva. No obstante, el dinero sería sucio desde el origen, y por tanto fuente de deslegitimación, para una raza que ya cuenta con la desventaja en su posicionamiento politico; que es por lo que se plantea que además sería contraproducente, al contribuir sólo a la estabilización del problema mismo antes que a su solución definitiva.

No comments:

Post a Comment