Ver en Kindle |
Walterio Carbonell era una figura
prominente en el ambiente intelectual de los negros cubanos, con cierto
ascendiente en sus élites de poder; como se vería al momento de su muerte, con
las condolencias y muestras de respeto de altos dirigentes, con quienes había
compartido estudios y luchas. Su propia formación en Francia lo había expuesto
al desarrollo de ese movimiento amplio conocido como de la negritud; que
englobaba a la diáspora africana en las Américas y el Caribe, alrededor de
figuras prominentes como Aimé Cesaire, Frantz Fanon, etc.
Era una época de lucha revolucionarias,
con su efecto revivalista en la restructuración de las relaciones políticas de
Occidente; un ambiente ampliamente conocido por Carbonell, inmerso en las
contradicciones políticas del momento. El trabajo de Carbonell va a establecer
un vínculo directo con las figuras históricas más prominentes entre los negros
cubanos; con especial énfasis en el desarrollo de las luchas de independencia, así
como en la masa de esclavos que sostenía la producción colonial y su
participación en esas luchas.
Ver en Kindle |
Carbonell abre su análisis de la cultura
cubana con el elogio de áfrica, con lo que ya lo hace sesgado desde el inicio;
porque para existir en sí misma como fenómeno, esta tiene que estructurarse en
unas relaciones de poder, que son obviamente de sus elites. Carbonell se ocupa
se reordenar hechos históricos, que responden a sus propias determinaciones
(económicas); pero lo va a hacer sesgadamente, al acudir al ascendiente moral,
incluso si contradictoriamente parte de una base materialista (Marxista).
Con eso demuestra de paso la falacia del Fidelismo,
como modificación ideológica del determinismo económico del Marxismo;
comunicando al libro ese sentido ideológico y reductivo, en su vínculo con el
pasado histórico, en su busca de una legitimación actual. El efecto es controversial
y paradójico, aunque también lógico en el contexto en que se proyecta; ya que
va a recurrir a todas sus referencias en la contradicción política del
imperialismo norteamericano, a la que subordina el problema racial.
Ver en Kindle |
Eso va a actualizar la contradicción
histórica de Evaristo Estenoz y Martín Morúa Delgado, a favor de la tendencia
confrontacional y segregacionista de Estenoz; que formada en los ambientes
norteamericanos, va a tener eco en las contradicciones introducidas por la participación
norteamericana en la guerra de independencia cubana. La paradoja Carbonell
consiste en esa referencia última, no ya al marxismo natural sino a la
ideología francesa en general; cuya reivindicación de los negros es
precisamente una estrategia política, que resulta en la subordinación cultural.
En ello resalta el pragmatismo de Morúa
Delgado frente a la exaltación ideológica (moral) de Estenoz; que explica las
mil dificultades de la población negra en la actualidad, por sus propias
contradicciones para integrar la sociedad en términos igualitarios. Contrario
al pragmatismo economicista (burgués) de Morúa, la dupla de Carbonell-Estenoz
insiste en la segregación; apelando a una justicia revolucionaria, que restaure
por la fuerza un orden supuestamente natural, que es el modelo autoritario tras
el elitismo intelectual. El problema es que esa estrategia subordina
el problema racial a la contradicción política de Occidente, posponiéndolo para
siempre; en tanto Occidente no va a solucionar nunca esa contradicción suya, que
es la que lo define como sociedad, en la dialéctica de la historia.
Ver en Kindle |
Esa fatalidad de la dialéctica ni siquiera es inevitable para Occidente, al menos en esa forma de contradicción política; pero está determinada en la fundación misma de esa cultura, en una cosmología formada por la ideología cristiana en relación con el maniqueísmo. Eso es lo que podría solucionar la irrupción de la cultura negra, con su historia singular en medio de esas contradicciones de Occidente; pero sólo en tanto no quede subordinada a la misma, perdiendo en ello su propia capacidad de redeterminación política.
Es ahí
donde surge la paradoja Carbonell, al mutilar esta facultad estructural de la
realidad social del negro en las Américas; al operar en su subordinación
definitiva a esa contradicción propia de dicha determinación cultural, a través
del discurso ideológico del occidente blanco sobre el heroísmo revolucionario. En se sentido, Carbonell hace en realidad
lo que se le achaca a Morúa Delgado, al lograr esta subordinación política; que
se va a revertir en una ideología, en la cual se funda finalmente la propiedad
del liberalismo occidental sobre el problema racial.
No comments:
Post a Comment